El pasado 20 de diciembre el Papa Benedicto XVI autorizó la promulgación de un decreto reconociendo las virtudes heroicas del Padre Baudouin.
La Congregación para la Causa de los Santos ya había aprobado las conclusiones de las comisiones de historiadores y teólogos sobre el tema.
Viendo el decreto proclamando las virtudes heroicas del P. Baudouin, el postulador de la Causa, en Roma, el P. Roger Laberge, pidió a las dos Congregaciones fundadas por el P. Baudouin que prepararan un texto.
He aquí este texto, compuesto por Srs Thérèse-Marguerite Gilbert, Marie-Pierre Cecchi y el P. Marcel Berthomé. Este texto ha sido aprobado.
Una primera parte traza los principales acontecimientos de la vida del P. Baudouin, sus compromisos apostólicos, sus intuiciones espirituales y las fundaciones de las dos Congregaciones religiosas que él lanzó ; muestra también las « virtudes heroicas » que manifestó a lo largo de su vida.
Una segunda parte subraya dos aspectos importantes presentando al P. Baudouin como un « profeta en su tiempo ».
El P. Baudouin Profeta en su tiempo
Profeta en su tiempo, lo fue particularmente por su amor a la Sagrada Escritura y por el concepto que tenía sobre los judios, por esto queremos concluir con estas dos insistencias.

La Biblia, o mejor, las Sagradas Escrituras como él decía, eran para Louis-Marie Baudouin « su alimento y sus delicias ». Sucedía a menudo que, al llamar a su puerta, le encontraban leyendo este libro. He comprobado, decía, que todas las frases de la Escritura son transcendentes, como la santa Eucaristía…sobre todo el santo Evangelio. Cada versículo es oro purísimo que enriquece y un pan substancial que alimenta. Entremos en esta bodega llena de vino generoso y exquisito…Mina rica e inagotable, tesoro escondido pero sin precio, no quiero nada más. Los otros libros, aunque buenos y santos, los encontramos sosos cuando tenemos el gusto y la inteligencia de las sagradas Letras.
Es bueno, decía, leer la Sagrada Escritura, sobre todo el Santo Evangelio, pero leer un poco, profundizarlo y sobre todo no quedarnos allí, esta Palabra ilumina la inteligencia . Pide que la practiquemos. El que tiene este libro tiene que vivir de la Palabra de Dios.
Encuentra en toda la Biblia los misterios de la Encarnación y de la Redención, Jesucristo, dice también, es el objeto de la llave de las Escrituras. El Espíritu Santo es el « maestro » de esta lectura.
El ejemplo de san Jerónimo que formaba a las mujeres a la vida religiosa a partir de la Biblia que él les comentaba, le sedujo. Quiso emprender el mismo camino, en esto consiste la originalidad de su obra.

Por este amor a las Sagradas Escrituras se desprende, de manera totalmente inesperada en esta época, su amor hacia el pueblo judío.
Nos encontramos a principios del siglo 19. En 1811, a petición de una religiosa, el P. Baudouin escribe una serie de cartas comentando, versículo a versículo, el Cantar de los Cantares. En este comentario, expresa de manera original su modo de ver la evolución de la Iglesia y su gran esperanza en lo que él llama « la Iglesia del fin de los siglos ».
En este momento, escribe, veré sin envidia al dueño de la viña daros (a vosotros judíos) la preferencia y daros primero el denario de la recompensa. Veré con ternura al Salvador arrojarse al cuello de su joven hermano y regarle con lágrimas de ternura (…) Ven Israel, has despuntado ; olivo fiel, saca tus brotes, el tiempo de la sequia devoradora ha desaparecido.
El P. Baudouin no para de hablar sobre lo que la Iglesia de las naciones debe a « la raíz » : La belleza y la riqueza de nuestra sociedad se encuentra en este pueblo : Jesús, María, José, los Apóstoles, etc. eran judíos ; nuestras Escrituras del Antiguo y del Nuevo Testamentos vienen de los Judíos, nuestros sacramentos vienen de los Judíos, la destrucción de la idolatría y nuestra conversión se operaron por el ministerio de los Judíos…¿Quién despreciará a este pueblo ? Yo lo amo ardientemente y quisiera devolverle lo que él me ha dado con tanta generosidad. […] Venid, Judíos, somos vuestros amigos, o más bien vuestros hijos. Vosotros sois la raíz, nosotros vuestras ramas, venid, nos veremos, os amaremos. »
EPadre Baudouin se adelantaba de este modo 150 años a la declaración del concilio Vaticano II (1965) : De hecho, de un patrimonio espiritual tan grande, común a los cristianos y a los Judíos, el santo Concilio quiere animar y recomendar el conocimiento y la estima mutuas, que nacerán sobre todo de estudios bíblicos y teológicos, así como de un diálogo fraterno.
Texto enviado a la Congregación para la Causa de los Santos - nov.2012