
El tiempo de convivencia y descanso en Los Alcázares ha sido muy positivo ; este año, además, el encuentro con nuestras hermanas francesas nos ha enriquecido, nos ha hecho estar atentas para que estuvieran a gusto, se integraron muy bien en el grupo.
Las oraciones,preparadas con esmero por todas las participantes, contribuyeron a que todas entráramos en un clima de recogimiento y profundización.

El buen clima, en todos los sentidos, nos acompañó siempre y el baño « juntas » fue un disfrute, así como los paseos por la orilla del mar. Un abrazo.
Ya solo me falta el gorro y los pendientes para la fiesta en Los Alcázares, decía yo 15 días antes de ir. Pero no era verdad me faltaba serenar el corazón v la mente. Para mí era, y ya ha sido algo más que la playa. Me resulta un poco difícil plasmar con palabras lo que ha sido este encuentro con las hermanas a nivel ínter comunitario e internacional ; igualmente el pasar unos días con las personas que fueron recientemente mis amigos durante diez años haciendo caminos juntos ¡qué gozada !

Seguramente que recibiréis numerosos comunicados y mensajes desde lo que ha significado para cada una vivir el descanso el silencio, el "jolgorio" en un entorno insustituible : playa, sol, amistad, encuentro sobre todo con Dios en una explosiva naturaleza. (con el S. 125,3) decimos : “El Señor ha estado grande con nosotras y estamos alegres".
Quiero manifestar la riqueza que ha supuesto el encuentro con las hermanas de la R. M. de Francia y agradecer a Dios y a las hermanas de las que se ha servido para llevar acabo todo esto con mucho cariño pensando particularmente el colectivo de mayores GRACIAS.

Sólo tengo una palabra para expresar lo vivido. GRACIAS Nuestra estancia en Los Alcázares fue para mí, para nosotras, unas vacaciones de sueño… lo mismo por el lugar como por la acogida calurosa y fraterna de las hermanas de España. Una bella región, un cuadro magnífico y una acogida muy apreciada por la casa y su personal. He tenido la experiencia de una fraternidad de Hijas del Verbo Encarnado, muy cercanas unas de otras y llena de calor humano. Gracias a la Región de España por habernos invitado a vivir todo esto…Deseamos que se repita… ¡GRACIAS… !
Lo que guardo de esos 15 maravillosos días en Los Alcázares son los nombres, los rostros, las risas, la amistad fraternal de cada una de las hermanas, los tiempos de fiesta, la suerte de vivir este tiempo de vacaciones al borde del Mar Menor. He saboreado con gusto el calor del sol, la dulzura del agua, el buen olor del aire del mar, la amabilidad de los y las que nos acogían.
Los momentos que también guardo son los que vivíamos juntas todas las mañanas, en la calma y el silencio de la pequeña iglesia situada a unos cientos de metros de nuestra residencia llamada la “Encarnación”. Allí íbamos a beber de la fuente, y a acoger en el gozo, la orientación del día, fijos los ojos en Jesús, Verbo Encarnado.

Me sentí a gusto con la oración preparada por nuestras hermanas de España, me gustaba este oración sencilla, rica de textos variados, concretos, de gran actualidad. Nos hablan de tejido, de puzzle, de Palabra de Dios , de mensaje de vida, del carisma de la Encarnación y , al mismo tiempo, nos revelan la riqueza de la reflexión comunitaria de las Ursulinas de España.
Qué alegría para nosotras el venir a beber y a apagar nuestra sed en la misma fuente, descansar junto a Aquel que viene a nuestro encuentro ! Gracias a todas por este camino recorrido. Gracias por la alegría del encuentro en Los Alcázares. Muchas gracias.
Estoy contentísima de mi estancia en los Alcázares. El ambiente, la escucha de cada una, la delicadeza, la atención y la vida fraterna durante esos 15 días, no hay palabras para expresar en profundidad lo vivido. La lengua no era ninguna “barrera” : nos comprendíamos en la amistad. Creo que es todo lo que puedo expresar.

La acogida muy buena , la atención a todas y cada una, nos sentíamos como en nuestras casas…con los años la cercanía ha sido más familiar. Ninguna nos hemos sentido fuera del grupo ; Danielle, Madeleine y Gisèle , nos han aportado mucho en la buena marcha de la convivencia. Los encuentros con ellas, nos han marcado a pesar de reconocer que el idioma cuesta a la hora de comunicarse, el esfuerzo ha sido para todas notable. Quiero resaltar el tiempo de oración como comienzo del día, en un clima de silencio y bien preparada. También Esther Fdz.Mallada estuvo muy cercana, nos invitó a ir a su casa donde fuimos algunas y tuvimos un buen encuentro con ella. La Eucaristía, a las 8 de la tarde como ofrenda del día, recordamos a las hermanas que este año no han podido estar…


Me siento muy orgullosa de poder compartir mi estancia en Los Alcázares.
Llegó el día de encontrarnos, un grupo de Ursulina, en este lugar de gratos recuerdos.
¡Qué bueno poder convivir en unión y armonía personas de aquí, de allí y de otro lugar de los Pirineos… !
Para empezar mi experiencia, diré, una vez más, que fueron unos días vividos en intensidad dentro de una buenísima organización que nos permitió, además, de una no menos maravillosa convivencia, un espacio de gran libertad. “EL SEÑOR ESTÁ CON NOSOTRAS Y ESTAMOS ALEGRES”…
El encuentro más formal fue en la oración de la mañana, que estuvo preparada cada día con mucho mimo y compartida con algunas mujeres del pueblo. En ella nos llenábamos de fuerza y energía para continuar la jornada. Además nos dábamos otros espacios personales de encuentro con el Dios de la Vida para contemplar y reflexionar.
No faltaban paseos los paseos, unos largos y otros hasta el “Km. 0”.
¿Qué decir del baño ? Nos sentíamos como “pez en el agua”…
Había tiempo para todo, incluso, hasta para ir al “mercadillo” los martes.
No faltaba la comida “sana” y abundante. Algunas hicieron acopio de recetas y presentación de platos un tanto sofisticados.
Tampoco nos faltó la fiesta : comida y cena especial. Todo un detalle ofrecido por el Balneario. En la cena, se nos invitó a ir de gala. Algunas se presentaron con adornos muy vistosos : collares, pinturas, pendientes…La velada fue muy divertida y animada. Todas disfrutamos muchísimo, así como nuestras hermanas Madeleine, Danielle y Gisèle con quienes compartimos diversiones, oraciones y ¡cómo no ! La lengua : ellas aprendieron algo de ESPAÑOL y nosotras practicamos nuestro “buen FRANCÉS”.
Que el próximo año se pueda repetir. Yo animo desde aquí, a aquellas que no puedan ir al Grove a que lo vayan pensando, esto merece la apena.
Termino con un “MAGNIFICAT” por todo lo vivido y recibido.
Cuando vamos entrando en mayo siempre pienso en las vacaciones que vamos a pasar en el “Paraíso Terrenal” en esa tierra maravillosa llena de sol, bañada por el Mar Menor que le acaricia con sus aguas y su brisa. Y nosotras ¿Qué hacemos allí ? Convivir, disfrutar, contemplar y adorar… A las 10h. en la Iglesia hacemos nuestras oraciones de la mañana, preparada cada día por una de nosotras, pausadamente, sintiendo la presencia del Señor de forma muy especial.

La tarde, libre : siesta, ver las noticias, paseos, todo a gusto de cada una. Eucaristía a las 8, cena a las 9 y de nuevo paseos, o juegos, o deportes en la T.V…
Estos días resultan relajantes, nos llenan de PAZ, ARMONÍA y sacamos lo mejor de nosotras mismas.
Vivimos nuestro Carisma en las relaciones, -este año viviendo más fuertemente el “NOSOTRAS Congregación, por la presencia de nuestras hermanas francesas : Danielle, Gisele, Madeleine que nos han enriquecido con su estancia entre nosotras- Vivimos las noticias de la Congregación porque nos sentimos más fraternas que nunca y siempre nos llegan de aquí de allá…
La alegría serena y compartida es la nota dominante ; relacionándonos también y muy cordialmente con todos los que trabajan en el hotel, así que cuando nos vamos nos da pena decirles adiós ; sólo decimos : hasta el año que viene…
No puedo expresar hasta el fondo lo que he sentido, vivido y experimentado ; lo único que puedo decir es que es una vivencia maravillosa y que palpamos que el Espíritu del Verbo Encarnado está con nosotras, nos acompaña y estoy segura que, al vernos felices, sonríe y nos da fuerza en nuestro caminar.
Doy gracias al Señor por estos días, a la Congregación y a todas las que hemos vivido llenas de amor.